Elecciones en Brasil

El apocalipsis llama a tu puerta

De Saturno al Palacio de Planalto. El Padre Kelmon, nuevo asesor espiritual de Bolsonaro, en su atuendo "galaktico" self made

Sucede que este domingo, los 156 millones de brasileños con derecho a voto tienen en sus manos el futuro de la humanidad. Eso, por un lado.

Por el otro, se trata del afianzamiento/asentamiento de un nuevo orden que algunos se empeñan en calificar como “populista” cuando deberían decir “fascista”, las cosas por su nombre, fruto del frente anti-sistema (hay anti-sistemas y anti-sistemas), Mussolini – Berlusconi – Meloni – Bolsonaro, por un lado, los chicos del tea party, Bannon/Trump y afluentes, por el otro. La cosa, que muchos de estos chicos y algún otro fascistilla cuyo nombre mejor olvidar, tienen la posibilidad de enviarnos a todos de vuelta al País de Nunca Jamás con solo apretar un botón bermellón.

Luego está la versión slow motion, por  la línea política, vamos a llamarla así, que tiene en el árbol, la Naturaleza y quienes la habitan un enemigo a batir, véase la celeridad con que el nuevo gobierno sueco se ha deshecho del Ministerio de Medio Ambiente.

Vuelvo a Brasil y a las elecciones.

En España, me parece, la media se ha quedado con el elemento folclórico y ha olvidado lo principal, supongo que es más entretenido hablar sobre las sotanas rojo-comunistas del clero, los váteres unisex o el pasado caníbal del todavía presidente; el tipo de asuntos que preocupa a los 33 millones de brasileños que no tienen un mísero plato de arroz e feijão para llevarse a la boca.

Lo que se está viviendo aquí es una pesadilla con forma de señor desaliñado, grosero, farfullero, repulsivo, haragán y cagueta; un ejemplar sintomático de analfabeto funcional/tarado emocional sin un mínimo sentido de la moralidad, la ética, y de esa guisa. Solo que ese señor desaliñado, grosero, etc. tiene el destino del mundo en sus manos, salvo que los brasileños este domingo decidan otra cosa. Que no lo digo yo (véase al respecto https://projetocolabora.com.br/ods15/deu-no-the-new-york-times-eleicao-no-brasil-vai-determinar-o-futuro-do-planeta/).

En situaciones como esta, hay que acudir a los que saben, el caso de Carlos Nobre, estudioso cum laude del calentamiento global y sus consecuencias, que, en un pasado congreso sobre educación puso a cada cual en su lugar. Uno estaba ahí para contarlo: “la Amazonia está a un paso del punto de no retorno traspasado el cual, cualquier esfuerzo por recuperar el terreno perdido estará condenado al fracaso. Y sin Amazonas, no hay vida posible en la tierra”. Sus palabras.

Fuente de emanaciones salutíferas de todo orden, el Amazonas se desdobla en una segunda naturaleza para formar un río flotante, o volador, el cual recorre la atmósfera desparramando alegremente generosas dosis de nitrógeno, oxígeno, gases nobles y vapor de agua de un extremo a otro del globo. Y esos 2 ríos, el terrenal y el volátil, asegura Nobre, están al borde del knock out.

De confirmarse en el cargo, Bolsonaro-Messias contará de un margen más que suficiente de 4 años para concluir el “Apocalypse Now” según las cuentas de Nobre, que son las de la comunidad científica internacional.

Las imágenes del satélite no mienten: un Kalahari tamaño king size avanza hacia el centro de lo que todavía es, vaya Vd. a saber por cuánto tiempo, la mayor floresta del mundo. Consecuentemente, las sequías que afectan al que todavía es el mayor río del mundo han pasado de excepción a norma mientras un ejército acorazado de pistoleros a sueldo anda a sus anchas por lo que antes era una explosión de Vida, convertida en pasto de sertanejos flatulentos y vacas pedorreras, cada ventosidad una bomba de efecto retardado en la troposfera, la estratosfera, y en adelante. Nobre insiste: existen alternativas. Sucede que, para Bolsonaro y su gang, la muerte es una opción y hasta un derecho; el del que mata, a matar, y el del que muere, lógicamente, a morir.

Alguno opinará que soy un ingenuo al hablar de estas cosas que, seguramente, me superan, pero qué quieren. Uno, antes, soñaba con un futuro mejor para sus hijas; hoy me vale con un futuro a secas. Que eso sea así va a depender, en buena medida, de lo que suceda este domingo.

Chema Gª Martínez

Epílogo en 3 pasos.

1 Uno aprieta el play buscando reencontrarse con la paz de espíritu etc. y nada mejor a ese propósito que la música de Sun Ra y su Arkestra versión “Super-Sonic Jazz” (https://www.youtube.com/watch?v=bPQNal63IVI).

2 De la nada, emerge la figura de Jair Messias Bolsonaro – el rostro desencajado, un sudor aceitoso, pringoso - pidiendo el voto en verde y amarillo (Neymar Jr., al fondo).

3 Efecto inmediato, se me cortan las ganas de escuchar a Sun Ra y la digestión.

Definitivamente, esto ha ido demasiado lejos.