TOCAR LA VIDA

De cuando Miguel Ángel Chastang en Ibiza  Jorge Pardo y Miguel Ángel Chastang. Ibiza, 1990 Foto: JMGM En julio de 1990, José Manuel Gómez “Gufi” y servidor juntamos a Miguel Ángel Chastang y Jorge Pardo para que hablaran de sus cosas, siendo que nos encontrábamos los cuatro en Ibiza participando de la Muestra de Jazz para Jóvenes Intérpretes. La charla, parloteo, o lo que fuera, tuvo lugar en la habitación de hotel del segundo con vistas al mar y el minibar. “Miguel Ángel Chastang es contrabajista”, escribí a propósito de todo aquello. “No toca una nota que no sea jazz”, lo que le distinguía entre los jazzistas a tiempo parcial mayoritarios en nuestro jazz de entonces, Tete Montoliu aparte. La conversación, larga y jugosa, salió publicada en mi libro “Del foxt-trot al jazz flamenco. El jazz en España 1919-1996”. La cosa, que Miguel Ángel siempre ha estado ahí, a mi lado, al de todos los aficionados al buen jazz, haciendo gala de una versatilidad artística pasmosa y una bonhomía, y una

Tierra de héroes de izqda a dcha: Vanessa Rodrigues (pno); Augusto Mattoso (b); Fernando Trocado (st); Roberto Rutigliano (bt). Foto: JMGM En noche oscura, la lluvia tropical - subtropical, más bien - mojando hasta el alma (sobre todo, el alma), hubo quien se echó a la calle desafiando las filas del hambre copando las aceras y las de los cazadores de vacunas, en las farmacias, y se llegó hasta Áudio Rebel, barrio de Botafogo, calle Visconde de Silva, 55, Rio de Janeiro, 20:00 h. No fueron muchos. Algunos, habiendo reservado su localidad, desistieron a última hora bajo la amenaza de la bicha Omicron, y la lluvia tropical, las colas... ellos nos sabían que ayer, viernes 7 de enero, se cumplía el 107 aniversario del más grande tamborilero/bailarín/cantador etc. que vieron los tiempos: Luciano Pozo González, alias Chano Pozo. Los astros – los orixás - se confabularon para darle un sentido a la sesión llamada a invocar el espíritu de la latinidad jazzística (una redundancia, todo el jazz es