MIS 3 “CARLA BLEY” Carla y Steve, la historia de un amor como no hay otro igual. Foto: Tim Dickenson C ARLA 1 La conocí una tarde lluviosa del mes de abril de 1975, el Pabellón Deportivo del Real Madrid a medio llenar, o a medio vaciar, para recibir a la banda del contrabajista Jack Bruce. Eran otros tiempos, el personal iba a donde fuera sin saber qué esperar, por curiosidad, más que nada, y Jack Bruce, hay que decirlo, no nos lo puso fácil. La banda era un puro disparate, el resultado de juntar un tercio de Cream (el propio Bruce) con el 0,6 % de los Rolling Stones (Mick Taylor), una pianista de jazz (Carla Bley) y los que no cupieron en los carteles, pero estuvieron allí dando el callo (Bruce Gary & Ronnie Leahy). Y Carla yendo a lo suyo, sonriente y distante, rubísima y transparente, jugando a ser quién no era, siendo una más en una banda que era, ya lo he dicho, un disparate. Durante un tiempo me pregunté si acaso fui el único en todo el pabellón que sabía quien era, quitan
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Domingo de resurrección en la Plaza de San Salvador Vivo en Rio de Janeiro desde hace no sé cuanto, ¿seis, siete años? Vivir en Rio de Janeiro no es fácil. Tampoco es difícil. Para mí, no lo es. He escrito, que recuerde, 2 guías de Rio de Janeiro, la una hablando de la ciudad, sus monumentos, etc., la otra dedicada al “Rio de la B ossa N ova”. Consecuencia de ello, hay quien me tiene por una especie de guía no oficial de la city y confía en mi criterio a la hora de elegir tal o cual punto de interés fuera de lo trillado/lo convencional. Yo, por mi parte, procuro llevar al interesado por los camino s de la perdición que, en esta ciudad, son muchos, y empiez a n en el bareto “pies sucios” llen o de mugre y encanto, y termina n en la plaza de San Salvador, barrio de Laranjeiras, un domingo por la mañana. La plaza de San S alvador, en Laranjeiras, es un universo en sí mismo, con su tufill o a porros y sardinas tan “ Dos de M ayo” madrileño, si el lector entiende lo que q
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EL TOCINO Y LA VELOCIDAD DONDE SE HABLA DE LOS “BARBENHEIMERS”, QUÉ SON Y PARA QUE SIRVEN Lo estamos viendo venir, las temperaturas llegándose a extremos propios del Kalahari en plena Puerta del Sol, por um lado; las inteligencias artificiales empeñadas en enviarnos al otro barrio en lo que canta un colibrí afónico, por el otro, misil atómico va, ataque preventivo viene... no es fácil entender este mundo preapocalíptico en el que (sobre)vivimos. Pero nada que pueda comparase con el más extravagante e inexplicable de los fenómenos surgidos de un tiempo a esta parte: los “Barbenheimers”. Todo empezó por la coincidencia en fechas y salas de proyección del estreno de dos "blockbusters" (producción, película o escenificación muy popular o exitosa) llamados a arrasar en las taquillas, “Barbie”, el primer "live-action" (película protagonizada por actores reales,filmados dentro de animaciones 2D o digitales) sobre la muñeca homónima, y “Oppenheimer”, un "biopic"
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Nonagenarios felices Hoy Maribel cumple 80 años, se dice pronto. Tener una hermana octogenaria es cosa que impresiona. Uno lleva consigo la imagen de Maribel reinando en los guateques, convertida en cocinera egregia y en cronista oficial de Tejeda del Tietar (al respecto, léase: Isabel García Escudero, “Planeta Tejeda”. Diputación Provincial de Cáceres, 2018), y siempre fresca y lozana como una lech u ga especialmente fresca y lozana, o como si fuera inmune en su interior al paso de los años (lo es, de hecho). Uno, en su inocencia, entendía que la condición de octogenario estaba reservada a los abuelos/as, luego fueron los padres y, ahora, la hermana mayor. El asunto, no se crea, tiene su miga. Entre otras cosas, tener una hermana octogenaria significa que, aún con la distancia de años que me separa de la susodicha, uno tampoco es un niño y, si no, ya están las hermanas de uno para recordárselo. Y cuando no son ellas, es la Madre Naturaleza emitiendo señales que, bien interpret